sábado, 20 de junho de 2009

José Manuel Lara Bosch em entrevista ao La Vanguardia

Hoje, o La Vanguardia publica uma entrevista a Lara Bosch. A não deixar de ler a definição de editor do editor, bem como faz para ler livros volumosos. Planos para o futuro? ficar à frente de uma das editoras mais pequenas, e subversivas, do grupo Planeta. Excertos, com destaques nossos [Via Senhor Palomar]:

«En 1949 [su padre] fundó Planeta... que hoy factura...
...las industrias culturales del grupo unos 3.000 millones, aproximadamente, de los cuales 1.800 proceden de los libros y 1.200 de los medios de comunicación. Somos los primeros de habla hispana, y entre los cuartos y sextos del mundo.

(...)

¿Qué me dice? ¿Y no le ha hincado el diente al último Larsson?
Sí, sí, voy por la página 350. Ya he roto el libro y todo.

¿Cómo?
Sí, estos libros tan gordos los rompo para poder leerlos mejor, en tres o cuatro partes. Luego, si me ha gustado, me compro otro para la biblioteca de casa. Antes, de joven, los rompía muy fácilmente, con la fuerza de la mano me bastaba pero ahora me cuesta. De hecho, con este Larsson tuve que pedirle un estilete a mi secretaria para cortar el lomo. Se quedó muy extrañada al verme proceder, exclamó: ‘¡¿Pero qué hace?!’.

(...)

¿Y qué hará?
Me quedaré –o crearé– una de las editoriales más pequeñas y rupturistas del grupo, para volver a hacer de pequeño editor, de publisher, volver a decidir las cubiertas de un libro, volver a pisar la imprenta, sentir los olores... Cuando me dediqué plenamente a ello fue la época de mi vida en que más me divertí. Dejaré de ser empresario para volver a ser editor-editor, editor de calle. Tengo fecha, pero no se lo diré

(...)

¿La piratería es preocupante?
Absolutamente, es un grave problema cultural. Por ejemplo, ya no se hacen grabaciones en estudio de grandes orquestas filarmónicas como las que hacía Von Karajan, porque ya no hay quien recupere la inversión. Yo entiendo la obsesión por pagar menos, sé que las aerolíneas low cost, los hoteles sin personal... son una tendencia al alza porque el consumidor prima el precio por encima de otros factores. Eso es razonable y lógico: ofrecer el producto al menor precio posible. Pero lo que no podemos consentir es el precio cero, un mundo donde no exista la propiedad intelectual y no sea delito robar. No soy partidario de culpar al usuario, sino al que piratea, a los señores que, por ejemplo, tienen las 40 webs que hay en España desde donde se bajan el 80% de las copias piratas de cine, porque estos señores se sabe quiénes son, tienen nombre y apellidos, y ellos sí hacen negocio, poniendo anuncios en sus webs, curiosamente de empresas vinculadas a los grandes operadores de telefonía, muy interesados en que haya mucho tráfico en la red. Esto tenemos que cortarlo, pero al usuario no hay que castigarle, hombre, porque va a ser mi cliente y yo no quiero putearle, solamente concienciarle de que, si no paga un poquito, solamente un poquito, los músicos no van a poder grabar discos y los escritores tendrán que buscarse otro trabajo.»